De acuerdo con mi experiencia, es tal vez la competencia más difícil de encontrar en su estado natural, y de desarrollar una vez somos conscientes de las grandes bondades en su aplicación, no sólo en el aspecto laboral, sino también personal. Sin embargo, en este caso vamos a revisarlo en el ámbito laboral.
Cuántas veces ustedes han sido testigos o principales protagonistas en situaciones en las que escuchan su jefe decir una cantidad de retahíla para finalmente sentirse decepcionados porque al final descubren que es solo información que no está diciendo con el nivel de consciencia requerido para que sea totalmente creíble y acatado o interiorizado por ustedes. Suena un poco filosófico, y por eso es mejor verlo en un ejemplo del día a día.
Imagínense la siguiente
escena: Su jefe les pide y reitera permanentemente la necesidad que el personal
técnico que hagan parte en los proyectos, sean capacitados y conozcan con
antelación las labores que van a desarrollar. Pero cierto día y al ver que el
mes se está acabando, ese jefe les pide que aceleren la terminación del
proyecto y que utilicen el personal técnico que haya disponible, sin importar
que cuente o no con las capacidades para desarrollar la labor, porque se hace
totalmente necesario poder realizar la facturación. Usted no tendrá más opción
que seguir esta última instrucción, dejando a un lado las recomendaciones que
antes les había dado este mismo jefe. Cómo es su sentimiento frente a ese jefe?,
está él actuando con coherencia?, seguirá usted teniendo el mismo respeto por
ese jefe?
Aquí hago un paréntesis para
resaltar el tema del respeto, estoy convencido que no se puede imponer, se debe
ganar, y lo veremos en una tercera entrega de este compendio de artículos.
Como este pueden haber muchos
ejemplos del día a día que estoy seguro muchos de ustedes han detectado,
desafortunadamente hay otros que no son tan fácilmente detectables y que
empiezan a hacer un daño al interior de la compañía, que de no solucionarse,
cada día causará mayor afectación y en un momento dado llegará a necesitar de
un consultor que pueda ver esas cosas que los directivos no logran ver, y que
requieren cambiar con urgencia, para que su compañía pueda seguir siendo competitiva
en el medio al cual pertenezca.
Como líderes o jefes, estamos
obligados a reflexionar sobre si estamos siendo o no coherentes, debemos estar cuestionándonos
permanentemente sobre la coherencia o no en nuestras indicaciones o instrucciones,
ya que seremos los primeros responsables de las situaciones negativas que
puedan acarrear para la compañía, si no lo detectamos a tiempo. Suena muy fácil
hacerlo, pero no es así, se debe crear el hábito de la auto evaluación y auto crítica
que sólo se logra con disciplina, madurez, objetividad y tiempo.
¿Será entonces qué la
coherencia hace parte del TRABAJAR CON
EXCELENCIA?
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